El derecho a la salud es un derecho humano de importancia crítica para los trabajadores migrantes, especialmente para los que están en situación irregular. Por ejemplo, en muchos casos los trabajadores transfronterizos no cuentan como trabajadores migrantes en las estadísticas, y tienen menos acceso a la atención de salud (véanse los capítulos Migración laboral y Salud y migración). La salud crea un contexto que posibilita el “trabajo decente”. Los factores sanitarios son una consideración central a ese respecto (véase OIT). Los buenos resultados de salud física y mental, facilitados por el acceso equitativo a los servicios de salud, son esenciales para que las sociedades y comunidades de los países de origen y de destino cosechen los frutos de la migración laboral. Por consiguiente, una gestión eficaz de la migración laboral debe atender las necesidades y los derechos en materia de salud tanto de los trabajadores migrantes como de las familias que permanecen en el país de origen.

En el tema de la migración laboral, otra consideración sanitaria fundamental es la movilidad interna e internacional de los propios trabajadores de la salud. Según un informe de la OMS sobre el empleo en la salud y el crecimiento económico (disponible en inglés), para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030 se necesitarán 18 millones de trabajadores adicionales en el sector de la salud. Sin embargo, la escasez de personal sanitario continúa, especialmente en los países de ingresos bajos y medios. En la presente sección se examinarán brevemente estos aspectos de la migración laboral que se relacionan con la salud.

Salud de los trabajadores migrantes

Muchos migrantes son jóvenes y están sanos y en buena forma cuando emprenden sus viajes, lo que se conoce también como el efecto del migrante sano. Sin embargo, las condiciones difíciles durante el ciclo migratorio pueden deteriorar su salud. Los trabajadores migrantes, especialmente los que están en situación irregular o trabajan en sectores informales o sin salvaguardias contractuales, pueden tener que hacer viajes peligrosos, sufrir explotación o trabajar y vivir en malas condiciones, con una protección laboral y una seguridad ocupacional insuficientes o nulas. La falta de seguridad es común en los sectores de empleo peligrosos y de alto riesgo, especialmente en el trabajo manual. Muchos migrantes poco calificados encuentran empleo en trabajos pesados, peligrosos y degradantes, en países con escasos mecanismos de regulación y protección laboral. Por ejemplo, la minería, la construcción y la agricultura tienen las tasas más altas de traumatismos y muertes, y los migrantes jóvenes que trabajan en esos sectores corren un mayor riesgo de accidentes o lesiones laborales (Portal de Datos Mundiales sobre la Migración, 2021). Otros sectores de empleo—especialmente el trabajo doméstico— exponen a las migrantes jóvenes y adolescentes al riesgo de explotación, violencia y abuso, debido a su confinamiento y al aislamiento de los mecanismos de asistencia y protección (Rijks, 2014). Esto aumenta considerablemente el riesgo de lesiones y mortalidad en el trabajo. 

Los trabajadores migrantes pueden tener también un acceso desproporcionadamente menor a los servicios de salud, debido, por ejemplo, a:

  • las barreras jurídicas, administrativas, lingüísticas y culturales resultantes de la falta de apoyo por parte de los empleadores;
  • la discriminación en las comunidades receptoras;
  • el miedo a la expulsión;
  • el desconocimiento de sus derechos en relación con los contratos de empleo y los visados o regímenes de inmigración conexos.

La exclusión social y la distancia de la familia y de los sistemas de apoyo pueden agravar el detrimento de la salud y el bienestar de los migrantes (a este respecto, véanse también los capítulos Integración y cohesión social y Familia y migración). Junto con una combinación de obstáculos jurídicos, socioculturales, comportamentales, lingüísticos y económicos, y con las condiciones de vida y de trabajo difíciles (como la falta de un seguro médico financiado por el empleador o de prestaciones en caso de enfermedad), el escaso conocimiento de los derechos o el limitado acceso a los servicios sanitarios y sociales pueden menoscabar los resultados sanitarios de los trabajadores migrantes. En estas situaciones, es posible que los trabajadores migrantes se abstengan de solicitar asistencia médica u otros servicios sociales, lo que significa que los problemas de salud graves que puedan tener quedarán sin tratar, pudiendo repercutir también en la salud pública, especialmente durante una emergencia sanitaria o de otro tipo. Los trabajadores migrantes sanos tienen más probabilidades de integrarse fácilmente, de ser más productivos y de alcanzar resultados positivos para sí mismos y para sus países de origen y de destino.

Muchos trabajadores migrantes se someten a alguna forma de evaluación de la salud o reconocimiento médico antes de la partida o a la llegada, como requisito para la contratación. Con frecuencia, debido a las deficiencias en la recopilación de datos, las pruebas practicadas no conducen a la debida remisión de los casos que requieren tratamiento y seguimiento, lo que dificulta la evaluación de las consecuencias para la salud pública (Wickramage y Mosca, 2014). Sin las prácticas adecuadas de diagnóstico y de gestión de casos, las pruebas obligatorias, como las de detección del VIH y del embarazo, son de escaso valor para la salud pública y pueden conducir a medidas de exclusión innecesarias. A fin de que las evaluaciones de la salud relacionadas con la migración y el empleo hagan una contribución significativa al bien más general de la salud pública y a la salud de los trabajadores migrantes, es importante reforzar los sistemas nacionales de salud.

Los gobiernos y los empleadores tienen la responsabilidad de garantizar la protección de los derechos de los trabajadores migrantes. La cooperación multisectorial, por ejemplo entre los ministerios de salud y del trabajo, es un punto de partida para mejorar la coherencia de las políticas en lo que respecta a la salud de los trabajadores migrantes. La inclusión de estos trabajadores en los programas de asistencia sanitaria nacionales y de los empleadores puede contribuir a generar resultados sanitarios positivos no solo para los propios migrantes sino también para las comunidades receptoras, y aumentar asimismo la cohesión social global. Los mecanismos que amplían la protección social de la salud y aumentan la cobertura de seguridad social de los migrantes y sus familias pueden mejorar el acceso a los servicios de salud y evitar a la vez los pagos directos excesivos de los trabajadores migrantes que necesitan asistencia sanitaria y un gasto innecesario en la costosa atención de urgencia. Por ejemplo, los programas de seguro médico transferibles creados a través de arreglos laborales bilaterales entre los países de origen y de destino permiten a los trabajadores migrantes, en el presente, transferir las prestaciones sociales a su familia en el país de origen, y en el futuro, contar con prestaciones como la atención de salud en la vejez.

 

 

Policy Approaches
Policy approaches: Improving health care for migrant workers
  • Strengthen national health systems in countries of origin and destination of migrant workers.
  • Invest in generating evidence on health determinants and outcomes that can support the development of targeted policies for migrant workers’ health in key employment sectors. Engage with ministries of labour and immigration along with other stakeholders in this regard.
  • Engage in bilateral arrangements to establish mechanisms that extend social protection in health and increase social security coverage for migrant workers and their families. These may include health insurance benefits in the country of residence and the possibility, in the present, to export their social benefits to families in the country of origin or, in the future, to export social benefits such as health care in old age.
  • Ensure migrant workers have access to primary health care, as well as access to health information – for instance on health conditions and health care services – through health screening programmes prior to departure and upon arrival to country of destination.
  • Empower migrant workers to take health improvement measures, through access to health information and through counselling, prevention and treatment services, including vacation when needed.
  • When necessary, ensure that migrant workers have access to translators who can provide updated information and support them while accessing healthcare.  
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Movilidad de los trabajadores migrantes

Las previsiones indican que la movilidad laboral en general, y la migración internacional de trabajadores migrantes en particular, seguirán aumentando. El sector sanitario es la principal fuente de empleo de trabajadores migrantes calificados, como el personal de obstetricia y enfermería y los médicos. La migración de profesionales de la salud es fundamental para hacer frente al déficit mundial de personal sanitario, y ayuda a fortalecer la capacidad de los sistemas de salud en los países de destino y de origen. Ofrece a los países con carencias importantes de profesionales de la salud la posibilidad de responder a las necesidades de atención de salud de la población y de mejorar sus resultados sanitarios, por ejemplo en lo que respecta a la mortalidad infantil, la salud materna y la prevención de enfermedades. Una migración bien gestionada de profesionales de la salud puede ser crucial también para el desarrollo en general, y requiere la interacción con múltiples sectores y asociados (véase el recuadro sobre los enfoques de política, más adelante).

El déficit mundial de profesionales de la salud —especialmente la distribución desigual de profesionales clave como los médicos y el personal de enfermería por número de habitantes en los países en desarrollo— ha dado lugar a varias iniciativas nacionales e internacionales en relación con los recursos humanos para la salud. En el informe titulado International Platform on Health Worker Mobility se recomendó que el mundo prestara atención a los recursos humanos para la salud, particularmente en relación con los déficits críticos de personal sanitario cualificado (personal de obstetricia y enfermería y médicos) en 57 países, y a la importancia central de los trabajadores de la salud para acelerar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud.

El Código de prácticas mundial de la OMS sobre contratación internacional de personal de salud, aprobado en 2010, reviste especial importancia a este respecto. Conocido como Código de la OMS, ofrece orientaciones a los países con respecto al desarrollo de sus recursos humanos para la salud en todos los aspectos de la formación, la mejora de la retención y las prácticas de contratación equitativa de los trabajadores de la salud, alentando la colaboración técnica y el apoyo financiero entre los países de origen y de destino. Este enfoque pragmático permite a los países mantener un personal sanitario fuerte y cualificado, para avanzar en la consecución de la meta 3.8 de los ODS, relativa a la cobertura sanitaria universal. El Código de la OMS proporciona un marco integral, se aplica a la movilidad permanente y temporal, establece salvaguardias para los sistemas de salud vulnerables, e invita a los países a intercambiar información sobre las cuestiones relacionadas con el personal sanitario y los sistemas de salud en el contexto de la migración y a informar sobre las medidas adoptadas para la aplicación del Código. La tercera ronda de presentación de informes nacionales, celebrada durante la 72ª Asamblea Mundial de la Salud, en 2019, reveló la aplicación de nuevos enfoques, con inclusión de acuerdos bilaterales de migración más equitativos para los trabajadores de la salud, cooperación entre los países de origen y de destino en la financiación de los gastos de formación y capacitación, apoyo al retorno de los nacionales cualificados y a los consultorios rurales, y transferencia de tecnología sanitaria a los sistemas de salud de los países de origen. Después de la segunda ronda de presentación de informes se estableció también un instrumento independiente de presentación de informes de las partes interesadas, para facilitar la comunicación de información invitando a las partes interesadas y a entidades “tales como el personal de salud, los contratistas y empleadores del sector de la salud, las organizaciones profesionales de salud, las organizaciones subregionales, regionales y mundiales competentes, ya sean del sector público o privado, además de las no gubernamentales, y todas las personas interesadas en la contratación internacional de personal de salud” (OMS, 2010) a compartir información.

Good Practice
Drawing on the health professional diaspora to develop the health system

Migration for Development in Africa is a capacity-building programme aimed to mobilize competencies acquired by African nationals abroad for the benefit of the national health system in the country of origin. Somalia is one of the countries that benefited from the support of its health professional diaspora in the development of its health sector. It drew on the support of IOM to facilitate the necessary skills and knowledge transfer.

Fuente

Source: IOM experience.

The movement of health professionals can be controversial because of its potential negative effects. Countries of origin often express concern that physicians, nurses and other skilled professionals are recruited by medical institutions in wealthier countries, leaving the low-income countries with a depletion of human capital. Research has found the actual situation to be more complex.

Other global health tools like the WHO Code and Health workforce 2030: A global strategy on human resources for health, as well as the relevant 2008 World Health Assembly resolution 61.17 on the health of migrants, provide an evidence-based framework to promote good practices and prevent negative effects of health worker migration. The International Labour Organization (ILO), the Organisation for Economic Co-operation and Development (OECD) and WHO have collaborated since 2017 to establish the International Platform on Health Worker Mobility to work with relevant partners, including IOM, on advancing dialogue, knowledge and cooperation in order to promote effective management of health worker migration, health system capacity-building in source countries and skill transfer from the diaspora.

Policy Approaches
Improving management of health workers’ migration
  • Involve all relevant stakeholders. These will include the health, labour and trade sectors within national governments; international recruitment stakeholders; health professional associations; research experts; and United Nations partners such the World Health Organization (WHO) or the International Labour Organization (ILO).
  • Develop bilateral and multilateral agreements on recruitment of international health professionals. For instance, some countries might favour regional migration and thereby facilitate circular or return migration and the subsequent distribution of critical skills. Such models should, however, respect the freedom of health workers to migrate.
  • Ensure skills recognition of migrant health workers through flexible visa and work permit policies, adopting a holistic approach that considers existing qualifications, as well as ongoing linguistic and cultural training opportunities for health professionals to be able to work in countries of destination and facilitates integration in the labour market.
  • Improve migration statistics on health personnel so as to increase the availability of information and enable both evidence-based policies and international comparability. At the same time, address issues concerning data protection; the complexity and the multiplicity of stakeholders, including countries of origin and destination; and health workers’ training, employment and certification.
  • Exchange information on issues related to health personnel migration, as encouraged in the WHO Global Code of Practice on the International Recruitment of Health Personnel, and consider regular reporting on measures taken to implement the WHO Code.
  • Enhance collaboration between the development and education sectors so that programmes enable migrant health workers to effectively contribute to strengthening the health workforce and enhance the responsiveness of the health workforce to population needs.
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