El capítulo Retorno y reintegración de migrantes se centra en el retorno y la reintegración como parte de la gestión de la migración. Esta sección aborda el retorno y la reintegración de los migrantes en entornos complejos y no examina el retorno y la reintegración asociados con los desplazamientos (si se desea obtener más información al respecto, véase Soluciones y recuperación). 

A efectos de la presente sección, por entorno complejo podría entenderse una situación frágil o posterior a una crisis, o una situación en la que se estuvieran encarando diversas cuestiones relacionadas con la movilidad en la misma zona que podrían incidir sobre el retorno y la reintegración de los migrantes o verse condicionadas por dichos procesos.  

No existen mecanismos consensuados para determinar las condiciones necesarias que han de darse en el país de origen para emprender el retorno y la reintegración de los migrantes, en particular en entornos complejos, como los frágiles o los contextos de recuperación posteriores a una situación de crisis. Si bien el principio jurídico de no devolución prohíbe el retorno de las personas que puedan ser objeto de persecución o que tengan que enfrentar riesgos inminentes para su vida (véase más información sobre la protección contra la devolución, un derecho civil y político, en el capítulo Derechos humanos de los migrantes: panorama general), es posible que no siempre tome en cuenta otras formas de fragilidad o riesgos más amplios para el bienestar y la reintegración sostenible de los migrantes que retornan. Entre estas formas de fragilidad y riesgos más amplios se pueden mencionar, en primer lugar, las causas profundas del desplazamiento irregular y las repercusiones que los retornos a gran escala tienen en las comunidades receptoras. 

Cuando los migrantes retornan a países en conflicto o que se están recuperando de una situación de conflicto o de violencia u otros efectos relacionados con las situaciones de crisis o de fragilidad, están regresando a entornos en los que se han de afrontar desafíos materiales, físicos o legales continuos. Entre estos desafíos cabe destacar:  

  • La falta de infraestructuras o una capacidad nacional o municipal limitada para ofrecer protección o prestar servicios básicos. 

  • Los brotes imprevisibles o los focos de inseguridad.  

  • Las reducidas perspectivas de autosuficiencia. 

En general, el hecho de no tener en cuenta consideraciones más amplias sobre la paz, la seguridad y la recuperación en estos entornos complejos incrementa el riesgo de las poblaciones que retornan de: 

  • Concentrarse posteriormente en los barrios marginales o en las zonas más pobres.  

  • Convertirse en desplazados internos, tener que afrontar otras vulnerabilidades relacionadas con su seguridad y bienestar, y carecer de recursos que les permitan abordar diferentes cuestiones en un momento posterior (como la desposesión de tierras o propiedades, o las compensaciones y similares, que forman parte del proceso más amplio de recuperación frente a una crisis).  

  • Ser más propensos a intentar de nuevo una migración —potencialmente peligrosa— si persisten las causas fundamentales que propiciaron su partida inicialmente o en caso de que no puedan asegurarse un medio de vida viable. Si las personas que retornan se ven obligadas a desplazarse de nuevo, el retorno puede dar paso a un desplazamiento secundario.  

  • Tener que afrontar, si se encuentran en un entorno que no es capaz de absorber de manera eficaz los retornos, nuevas vulnerabilidades o dificultades, e incluso plantear nuevos retos económicos y sociales para las comunidades que se están recuperando, afectando de ese modo al desarrollo a largo plazo.  

Retorno a entornos complejos, en particular a gran escala

Si bien los retornos a gran escala entrañan desafíos para cualquier comunidad, en los contextos frágiles y las situaciones de crisis o posteriores a crisis estos desafíos pueden llegar a ser más acusados, especialmente cuando existe una situación de inseguridad prolongada, pero también en las zonas que se ven afectadas por la pobreza generalizada, la inestabilidad económica y los riesgos relacionados con el clima. Entre estos desafíos cabe citar los siguientes: 

  • La competencia por los recursos y los empleos, a medida que las poblaciones que regresan se dirigen hacia los centros urbanos, desbordando así la capacidad local para absorber la afluencia de poblaciones que retornan. Por ejemplo, los migrantes y los refugiados que retornan a Somalia se ubican en las zonas que albergan a los desplazados internos, o en las zonas colindantes a ellas, con el fin de poder acceder a la tan necesaria ayuda humanitaria. 

  • Las controversias existentes entre los migrantes que retornan y los residentes ocupantes en relación con las tierras y el patrimonio. 

  • Los desequilibrios reales o percibidos en relación con las estructuras de apoyo disponibles para los migrantes que retornan.  

  • Las dimensiones sociales más amplias que surgen como resultado del trastorno por estrés postraumático de las personas que retornan.  

  • El “choque cultural” que se produce al regresar al hogar como consecuencia de los años que se ha permanecido en el extranjero, los estigmas que se tienen que padecer y las tensiones relacionadas con la reintegración social (por ejemplo, si las poblaciones que retornan adquirieron competencias o asumieron normas socioculturales que no son necesarias o no están bien vistas en el entorno local). 

  • La humillación o el sentimiento de desesperación asociados con el hecho de tener que regresar a una situación de desempleo y de dependencia.

Example
Challenges returns can pose in complex environments

One in four Afghans have been displaced internally or abroad during the last four decades due to conflict, natural hazards, disasters and the resulting socioeconomic challenges and a lack of basic services in most parts of the country (IOM and UNHCR, 2018). Despite this and a limited capacity to absorb returning Afghans, political pressure and changed policies abroad has meant that the country has been reintegrating unprecedented numbers of returnees: since 2016, around 2.5 million documented and undocumented Afghans have returned from Iran and Pakistan spontaneously, through assisted programmes or deportation (IOM Afghanistan field experience 2016–2018). As well as the challenges of ongoing insecurity and displacements, reports reveal disputes between returnees and current occupants over housing, land, and property; rises in social divisions between returnees and other vulnerable community members; and a decreased likelihood that returnee children attend school in comparison with their peers. Anecdotal evidence also suggests that returnees may be at greater risk of radicalization and recruitment into criminal and violent extremist groups (Ahmadi and Lakhani, 2017). Afghan cities swelled as the returnees pursued the urban skills and lifestyles they lived abroad. Culturally, with possibly decades abroad, some feel little connection to their homeland and lack local social networks.

Fuente

IOM and UNHCR, 2018; IOM Afghanistan field experience 2016-2018; Ahmadi and Lakhani, 2017.

Policy Approaches
Key considerations for addressing returns in complex environments
  • Allocate resources in careful consideration of fragility and State capacity for returns as well as of the direct or secondary impacts on communities.
  • In assessing the conditions for return for an individual case, consider the individual’s capacities to reintegrate; in assessing the conditions for return in large-scale return contexts, consider the capacity of the communities to receive the returnees.
  • When there may be too many challenges to reintegrate sustainably into local communities, consider temporary measures or alternatives to return for those who do not qualify for refugee status but who are unable to return home owing to conditions in their countries (New York Declaration, paragraph 53, 2016). These could include other forms of humanitarian visas or private sponsorships, opening up legal pathways for migration.

In the case of refugees, the Global Compact on Refugees calls on States to “support conditions in countries of origin for return in safety and dignity” (objective 4). The Global Compact for Migration puts forward the commitment to create a conducive environment for return and sustainable reintegration (see objective 21, to “Cooperate in facilitating safe and dignified return and readmission, as well as sustainable reintegration”). However, there is still no standardized approach or criteria for assessing when the minimum benchmarks have been met in order for returns and reintegration to take place sustainably in complex environments.

Reintegración en entornos complejos

Tras su regreso, todas las poblaciones que retornan —independientemente de su condición previa de migrante o refugiado, y de la naturaleza del retorno— tienen derecho a la protección como ciudadanos o residentes permanentes de su país de origen. El Estado tiene la responsabilidad de suprimir los obstáculos jurídicos y administrativos que dificulten la reintegración, garantizando de ese modo que todas las personas que retornen puedan ejercer sus derechos civiles, políticos y económicos básicos sin perjuicio alguno.  

La reintegración debe considerarse como un proceso que puede tardar años en culminarse y, en los entornos complejos en particular, requiere la prestación de una combinación de apoyos para la reinserción inmediata y a largo plazo.  

Los gobiernos, así como las comunidades más amplias que se ocupan de brindar asistencia, deben tratar de compatibilizar los diferentes programas de reintegración vigentes. Asimismo, han de tomar en consideración los vínculos entre dichos programas y otros programas nacionales, las diversas protecciones sociales existentes y el nivel de acceso a los suministros públicos y los servicios básicos. Las tensiones pueden surgir, y ser especialmente graves en situaciones en las que se produzcan retornos mixtos a gran escala, en caso de que: 

  • Las poblaciones que retornan reciban diferentes tipos de asistencia para la reintegración en función de su anterior situación migratoria. 

  • Los miembros de la comunidad receptora perciban que las poblaciones que retornan gozan de privilegios desproporcionados en lo que respecta a la asistencia que reciben. 

  • Las comunidades que acojan a los migrantes y refugiados que retornan acojan a su vez y de manera simultánea a otras poblaciones desplazadas, incluidos los desplazados internos o los refugiados procedentes de otros lugares.  

Habida cuenta de la dimensión, la naturaleza y la complejidad de estos retornos, los enfoques basados en zonas específicas —que se centran en las necesidades identificadas de un área concreta en lugar de un sector o grupo objetivo particular— pueden resultar de gran utilidad. No obstante, dichos enfoques deben vincularse a los planes y las políticas de la ciudad o la región más amplios (Maynard et al., 2017), en particular con respecto al desarrollo. En general, los enfoques basados en zonas específicas requieren disponer de información y datos empíricos de buena calidad a fin de identificar:  

  • Las necesidades y capacidades en toda la zona identificada, que guardarán relación con la situación social, económica y en materia de seguridad de los residentes de las diferentes localidades (Majidi, 2017), y deben tener en cuenta las competencias que las poblaciones que retornan hayan podido adquirir, así como las normas culturales que hayan podido asumir, mientras permanecieron en el extranjero. 

  • Las vulnerabilidades particulares que pueden presentar en mayor medida algunos segmentos concretos de la población (por ejemplo, las necesidades de las diferentes poblaciones que retornan), con el objetivo de tenerlas en cuenta.  

Según vaya pasando el tiempo, será necesario disponer de información y datos empíricos que permitan supervisar los progresos tras el retorno. En lo que respecta a los entornos frágiles y posteriores a una situación de crisis, esta información y estos datos se recopilarían a través de evaluaciones periódicas de, por ejemplo, los contextos locales; las vulnerabilidades y los programas de consolidación de la paz y de estabilización más amplios; y de los factores que propician los movimientos, en particular mediante la supervisión de los movimientos de población en el contexto del desplazamiento (supervisión de los flujos migratorios). 

Policy Approaches
Assistance to reintegration in large-scale returns to complex environments for countries of origin
  • Mandate a dedicated agency to support return and reintegration efforts;
  • Combine several services in comprehensive return and reintegration packages;
  • Create national and local reintegration centres to assist citizens to reintegrate;
  • Establish non-discriminatory and equitable access to services and sustainable livelihoods;
  • Align the reintegration with, as appropriate, post-conflict recovery and peacebuilding approaches, or stabilization efforts that aim to reduce the drivers of displacement and irregular migration and to foster peace, security and development;
  • Adopt a conflict-sensitive approach as well as programming to reduce unintentional harms and increase social cohesion.

In terms of specific programmes and activities:

  • In line with development plans, design stabilization programmes to address adverse drivers of displacement.
  • Mainstream migrant protection principles into the development of strategies as well as into the actual activities included in the reintegration programmes, given the potential long-term social impacts as well as the security issues involved (Naik, 2012).
  • Engage urban and rural planners, mental health and labour market specialists, and other local stakeholders and networks to plan responses (Majidi, 2017).
  • Include psychosocial support, given that returning populations – particularly those returning from crisis contexts – could have experienced traumas. For example, include trauma counselling, social counselling, family counselling, and individual counselling, to help the returnee adapt to their new reality, define their role in the community, or ensure psychosocial stability.
  • Design destigmatization and community reconciliation programmes. For instance, programmes identifying pressures on returnees, mitigating family conflicts, or information campaigns in communities to raise awareness of the difficulties faced by returned citizens (MICIC Initiative, 2016).

Where the returns increasingly involve children and families, provide greater emphasis on more holistic support, including access to services in the areas of education, health care and psychosocial assistance (Majidi, 2017).

To Go Further
  • Migrants in Countries in Crisis (MICIC) Initiative, Guidelines to protect migrants in countries experiencing conflict or natural disaster, 2016. For countries of origin receiving back nationals who were caught in a conflict or disaster situation, these guidelines advise a series of measures, namely with respect to:
    • Needs and skills assessments of returnees;
    • Reintegration support;
    • Access to social services and other return assistance;
    • Psychosocial counselling;
    • Destigmatization of returns;
    • Certification mechanisms for skills, education and training acquired abroad;
    • Income and employment regeneration.