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OIM, Documento de orientación para incorporar consideraciones ambientales y climáticas en los programas de reintegración (anexo 11 del Manual sobre reintegración), 2020.
Muchas de las personas que regresan a su país de origen llegan a zonas afectadas por múltiples retos ambientales, como la degradación de las tierras o la exposición a amenazas naturales, que en buena parte se están viendo agravadas por el cambio climático. Estos factores ambientales pueden o no haber figurado entre los elementos que favorecieron en su momento la decisión de esas personas de migrar, pero, con una probabilidad cada vez mayor, propiciarán una nueva migración. Por consiguiente, las medidas que contribuyen a aumentar la resiliencia a los retos ambientales en las comunidades y países a los que retornan los migrantes están siendo vistas cada vez más como elementos importantes de la sostenibilidad global del retorno voluntario asistido y la reintegración. También se observa un creciente interés en explorar las formas de apoyar activamente esas medidas mediante proyectos financiados en el marco de programas de reintegración.
Hay varias consideraciones ambientales que son importantes para un enfoque integrado de la reintegración que “tenga en cuenta los diversos factores que inciden en la reintegración de una persona, incluidos los factores económicos, sociales y psicosociales en sus dimensiones individual, comunitaria y estructural” (OIM, 2017). En particular, los enfoques pueden crear sinergias entre la protección ambiental y la reintegración sostenible de los migrantes que retornan, si se centran en la “economía verde”, es decir, en una economía “que [mejora] el bienestar del ser humano y la equidad social, a la vez que reduce significativamente los riesgos ambientales y las escaseces ecológicas” (PNUMA, 2011). Por ejemplo, los migrantes que retornan pueden ser capacitados y empleados en proyectos de adaptación al cambio climático basados en la comunidad. Estos proyectos pueden aplicar el enfoque de los “trabajos verdes” de gran densidad de mano de obra utilizando los recursos y las competencias disponibles localmente, en ámbitos tales como la rehabilitación de tierras agrícolas o la retención del agua. También pueden respaldar los “empleos verdes”, que a su vez apoyan la adaptación a los efectos del cambio climático (OIT, 2016).
1. Intervenciones a nivel estructural
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Colaborar con las autoridades y los interesados locales y nacionales para apoyar la continuidad de la asistencia mediante servicios públicos locales adecuados, por ejemplo:
- estableciendo una estructura de coordinación nacional que reúna a los actores ambientales con los que trabajan en la gestión de la migración (incluida la reintegración) y los servicios de empleo, o incorporando a los actores ambientales en las estructuras de coordinación existentes;
- apoyando la creación de asociaciones (como las alianzas público-privadas) a nivel nacional y local para promover las opciones de empleo de los migrantes que retornan en los sectores de la “economía verde”.
2. Intervenciones a nivel comunitario
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Estudiar las posibilidades de empleo de las personas que retornan en proyectos basados en la comunidad. Esto puede ofrecer la oportunidad de encarar retos ambientales tales como el abastecimiento de agua, la degradación de las tierras y el riesgo de desastres.
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Integrar a las comunidades locales y a los migrantes que retornan en la selección y formulación de los proyectos.
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Velar por que los proyectos ofrezcan también empleo u otros beneficios tangibles a los miembros de la comunidad (por ejemplo, empleos de corta duración durante la implementación, y oportunidades a más largo plazo una vez terminado el proyecto).
3. Intervenciones a nivel individual
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Apoyar las oportunidades de empleo de los migrantes que retornan en la economía verde, en la creación de empresas (“empresariado verde”), la formación profesional y la inserción en el mercado laboral.
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Buscar oportunidades de crear “empleos verdes” para los migrantes que retornan al elaborar las intervenciones de colaboración a nivel estructural (por ejemplo, facilitando su participación en las oportunidades de capacitación y empleo pertinentes, en sectores como los del reciclaje, la gestión de desechos u otros).
4. Mitigar la huella ambiental negativa de los proyectos de reintegración
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Evitar generar un impacto negativo en el medio ambiente, tanto en los entornos rurales como en los urbanos, debido, por ejemplo, a una mayor explotación de los recursos naturales, a las emisiones de carbono o a la generación de desechos que deban eliminarse:
- velar por que todas las propuestas de proyectos se examinen utilizando un conjunto establecido de preguntas y criterios relacionados con la sostenibilidad ambiental;
- implementar los proyectos aplicando las normas mundiales y nacionales de sostenibilidad ambiental, por ejemplo para la silvicultura o la pesca sostenibles;
- realizar las adquisiciones teniendo en cuenta las criterios y normas ambientales, por ejemplo dando prioridad a los recursos disponibles localmente, cuando se puedan extraer de manera sostenible.