Juventud y migración

Los migrantes jóvenes, de edades comprendidas entre 15 y 24 años, constituyen aproximadamente el 11,3% de la población total de migrantes, y el 2,6% de los jóvenes de todo el mundo (Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (DAES) de las Naciones Unidas, 2020). Por siglos, jóvenes de todas partes del mundo han migrado por diferentes razones, impulsados en muchos casos por factores complejos y concurrentes, como el deseo de nuevas experiencias culturales, la búsqueda de oportunidades de formación y empleo, la huida de las repercusiones de conflictos y desastres, de la pobreza y del cambio climático, o la reunificación con sus familias.

La migración puede reportar beneficios a los migrantes jóvenes, si les permite cursar una educación u obtener salarios más altos. También puede beneficiar a las comunidades de origen y de destino, a través de la creación de empleos y la transferencia de capitales y recursos. Para los jóvenes, la posibilidad de cosechar los frutos de la migración dependerá de varios factores, como la estructura y regulación del mercado laboral, el acceso a capacitación y programas de aprendizaje, y el hecho de encontrar un empleo que corresponda a sus competencias y su nivel de instrucción (Solutions for Youth Employment, 2017).

Las políticas y los programas gubernamentales pueden ayudar a maximizar los beneficios de la migración para las poblaciones jóvenes. Además, las políticas que gestionan y promueven la migración regular de los jóvenes pueden tener una influencia considerable en el crecimiento socioeconómico. Por ejemplo, los países de ingresos altos con poblaciones que están envejeciendo y una fuerza de trabajo en disminución, tendrán probablemente una creciente demanda de trabajadores jóvenes. La facilitación de la migración en esas situaciones redundará en provecho tanto de los migrantes como del bienestar socioeconómico del país de destino.

Es importante destacar que, aunque la migración de los jóvenes puede reportar beneficios, también puede tener repercusiones negativas en los países de origen. Por ejemplo, en ausencia de políticas y programas apropiados, demasiados jóvenes con estudios podrían abandonar sus países de origen. A la inversa, las políticas públicas eficaces abren a los jóvenes las puertas del éxito, y en el futuro esos mismos jóvenes harán contribuciones importantes a sus países. Las políticas y programas que facilitan el retorno de personas con competencias y conocimientos, así como las remesas económicas y sociales, crean empleos y aumentan las oportunidades en los países de origen.

Para una gobernanza de la migración correctamente fundamentada se requiere un vigoroso proceso de recopilación de datos. Además, el desglose de los datos ayuda a los gobiernos a crear y promulgar políticas y programas que promuevan la migración laboral regular, la movilidad formativa, la protección social y la (re)integración de los migrantes jóvenes en los países de origen y de destino (Organización Internacional del Trabajo (OIT), 2017). Asimismo, la recopilación de datos desglosados aclarará los vínculos directos entre los jóvenes, la migración y otras esferas de política. A medida que esos vínculos se vuelven más evidentes, es importante que los gobiernos tomen conciencia de que los enfoques de política tienen que ser coherentes y deberían aprobarse en coordinación con estrategias y programas multisectoriales.

Para poder ser utilizados en la elaboración de políticas y programas, los datos recopilados a nivel nacional tienen que estar debidamente desglosados y analizados. El desglose es especialmente importante cuando se trata de políticas relativas a los jóvenes y la migración. La recopilación de datos tiene que poder distinguir entre los jóvenes que migran por motivos de estudio y por motivos de trabajo, o para la reunificación familiar, y también entre los que son menores y mayores de 18 años (véase más información al respecto en el capítulo Familia y migración). Las herramientas útiles de recopilación de datos, como las encuestas de la fuerza de trabajo o la recopilación de datos sobre la educación, deberían proporcionar datos desglosados según las variables demográficas pertinentes, especialmente la edad y el género.

Desde la perspectiva de los países de origen, es importante entender las condiciones del mercado laboral local y la tasa de desempleo juvenil, así como las deficiencias estructurales y los factores conexos que podrían propiciar la emigración a nivel nacional. Los análisis a fondo ayudarán a los funcionarios gubernamentales a entender mejor las necesidades específicas de mano de obra de cada sector. Estos análisis podrían ayudar también a detectar los obstáculos que dificultan el empleo, como el acceso a los servicios de empleo, y las oportunidades de mentorías y capacitación para los jóvenes que entren en el mercado laboral.

En los países de destino, sería muy útil disponer de datos desglosados por edad y género. Por ejemplo, ayudaría muchísimo que hubiera datos desglosados sobre la distribución y las características del empleo, las zonas de origen y las condiciones de trabajo de los jóvenes antes y después de la migración, la protección social, los niveles de instrucción y las competencias, la salud y el acceso a la asistencia sanitaria, y las condiciones de vida de los jóvenes que migraron (o de los que podrían hacerlo). Deberían recopilarse datos sobre los resultados de los migrantes jóvenes en el mercado laboral (en el país de origen y en el extranjero), así como sobre los costos y beneficios relativos de la migración laboral para los jóvenes y sus familias (Grupo Mundial sobre Migración, 2014). Todos estos datos se refieren a cuestiones que tienen repercusiones de política, desde la atención de las necesidades de educación y capacitación, hasta la planificación de la asistencia sanitaria, la vivienda y las prestaciones de bienestar social.

El alcance y la inclusividad de los datos sobre los jóvenes y la migración son limitados. Aun así, hay varias fuentes adecuadas que se actualizan regularmente. Las siguientes contienen información valiosa sobre los migrantes jóvenes:

• El Portal de Datos Mundiales sobre la Migración de la OIM, desarrollado por el Centro de Análisis de Datos Mundiales sobre Migración, es una herramienta excepcional para el acceso a estadísticas migratorias oportunas y completas y a información fiable acerca de los datos sobre la migración en todo el mundo. En particular, la página sobre los niños y los jóvenes migrantes utiliza datos procedentes principalmente del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (DAES) de las Naciones Unidas y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) sobre los niños migrantes (menores de 18 años) y los migrantes jóvenes (de 15 a 24 años), presentados por país de destino.
• International Migrant Stock, del DAES de las Naciones Unidas, ofrece estimaciones desglosadas por edad, sexo y país de origen. Esta fuente divide a los migrantes jóvenes en dos categorías de edad: de 15 a 19 y de 20 a 24 años.
• La Base de datos sobre los inmigrantes en países de la OCDE (DIOC) y no pertenecientes a la OCDE (DIOC-E) (disponible en inglés) recopila datos sobre las poblaciones de migrantes, incluida información desglosada por edad y género, duración de la estancia, ocupación, condición en el mercado laboral, sector de empleo, campo de estudio, nivel de instrucción y lugar de nacimiento. Los datos sobre los migrantes jóvenes están desglosados en dos grupos en los países de la OCDE (de 15 a 19 y de 20 a 24 años) y agrupados en uno solo (de 15 a 24 años) en los países no pertenecientes a la OCDE.
• El conjunto de datos del UNICEF sobre la migración infantil (disponible en inglés) proporciona datos sobre los migrantes internacionales, los refugiados y solicitantes de asilo y los desplazados internos. Ofrece estimaciones mundiales oportunas sobre la migración de niños en todo el mundo, considerando como niños migrantes a los que no han cumplido los 18 años. Por lo tanto, los conjuntos de datos publicados por el UNICEF, incluidos sus “Informes de situación”, se aplican a este capítulo.

La Convención sobre los Derechos del Niño garantiza los derechos de los jóvenes menores de 18 años, reconocidos legalmente como niños (véase más información al respecto en el capítulo Migración de menores). Sin embargo, cuando los adolescentes pasan a ser legalmente adultos, pierden ciertos derechos y formas de protección que los asistían en calidad de menores, como el acceso a la asistencia social, la educación, la atención de salud, la asistencia en materia de vivienda y, en algunos casos, la protección contra la detención y la deportación (Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), 1989). Así pues, la transición a la vida adulta es particularmente difícil para los migrantes jóvenes sin una situación legal. Estos migrantes pierden el acceso a un alojamiento y a la educación, y pueden ser detenidos o deportados a sus países de origen (ACNUDH, 1989).

Actualmente no hay ningún instrumento jurídico destinado a proteger a los migrantes jóvenes que los acompañe en la transición a la vida adulta (ACNUDH, 1990). Sin embargo, el Comité de Derechos Humanos  ha aclarado que “[e]n general, los derechos reconocidos en el Pacto son aplicables a todas las personas, independientemente de la reciprocidad, e independientemente de su nacionalidad o de que sean apátridas” (Asamblea General de las Naciones Unidas, 1966). De igual modo, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales explica que “[l]a educación debe ser accesible a todos” y que “el principio de la no discriminación se aplica a todas las personas en edad escolar que residan en el territorio de un Estado Parte, comprendidos los no nacionales y con independencia de su situación jurídica” (Asamblea General de las Naciones Unidas, 1966) (véase más información al respecto en el capítulo Derechos humanos de los migrantes: panorama general).

En el ámbito del empleo, en particular, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales especifica que el derecho a condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias es un derecho de toda persona, sin distinción de ninguna clase. El uso de la expresión “toda persona” significa que ese derecho se aplica a todos los trabajadores en todas las situaciones, incluidos los trabajadores jóvenes. También hay varios instrumentos internacionales que ofrecen orientaciones prácticas para integrar a los migrantes jóvenes en el mercado laboral. Esas disposiciones abarcan diversos ámbitos, como la edad mínima de admisión al empleo, los salarios, las horas de trabajo, la salud y seguridad ocupacionales, la inspección del trabajo y la discriminación (Organización Internacional del Trabajo (OIT), 2017).

Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible destaca la importancia de las generaciones más jóvenes para el desarrollo sostenible, incluida la contribución positiva de los migrantes jóvenes al desarrollo. También expresa preocupación por el desempleo juvenil, como importante factor causal de la migración irregular, y por los efectos de la migración en las poblaciones jóvenes mientras viven en el extranjero o cuando regresan a sus países de origen (Naciones Unidas, 2015). Entre las metas de la Agenda 2030 que se relacionan con la juventud y la migración figuran las siguientes: