Todos los Estados regulan el acceso legal de los trabajadores migrantes al mercado laboral. Aunque cada gobierno tiene su propio sistema de admisión para seleccionar, contratar e integrar a los trabajadores migrantes, los criterios más fundamentales para el acceso de estos trabajadores a los mercados laborales internos suelen basarse ya sea en la cantidad (escala o número) o en la calidad (selección).
En un enfoque basado en la demanda, los empleadores deben demostrar la necesidad de trabajadores migrantes, por lo general fundamentando la escasez de mano de obra nacional mediante sondeos del mercado de trabajo. Los permisos de trabajo pueden utilizarse para gestionar la entrada de trabajadores extranjeros. En un sistema basado en la oferta, los propios migrantes ponen en marcha el proceso de admisión, a menudo acogiéndose a una cuota o con sujeción a un límite máximo, y pueden solicitar la admisión sin tener necesariamente una oferta de trabajo. En este enfoque, los gobiernos tendrán herramientas, tales como cuotas y sistemas de puntos, para atraer a trabajadores extranjeros con determinadas cualificaciones a los sectores en que tengan déficits persistentes de trabajadores nacionales.