Soluciones al desplazamiento

En 2011, el Secretario General de las Naciones Unidas observó, en el anexo a su Decisión núm. 2011/20 (disponible en inglés), que el hecho de no poner fin a los desplazamientos podía traducirse en la persistencia y el aumento de las vulnerabilidades y repercutir negativamente en las comunidades de acogida, con graves consecuencias económicas, políticas y de seguridad para las autoridades nacionales y las poblaciones interesadas. Los refugiados que retornan y los desplazados internos necesitan soluciones duraderas, es decir, tienen que poder avanzar hacia una situación en que ya no tengan necesidades relacionadas con el desplazamiento. Las soluciones duraderas son fundamentales para la recuperación y el desarrollo sostenible de los países que salen de una crisis, lo que exige estrategias y programas de recuperación y desarrollo integrales y eficaces (UNSG, 2011). Es importante destacar que el logro de una solución es un proceso y no un punto final particular.

La resolución de las situaciones de desplazamiento se centra normalmente en encontrar soluciones duraderas que se puedan llevar a la práctica mediante:

1. el retorno (y la reintegración sostenible); para los desplazados internos, esto significa por lo general el retorno a sus hogares o, al menos, a su comunidad o zona de origen. En el caso de los refugiados, en cambio, la repatriación es al país de origen, pero no necesariamente a la comunidad de origen;
2. la integración local;
3. el reasentamiento, lo que para los desplazados internos significa la reubicación en otro lugar del mismo país, y para los refugiados, el reasentamiento en un tercer país.

En muchos casos, la resolución de las situaciones de desplazamiento en un país dado entraña una combinación de estas tres soluciones. Al buscar soluciones duraderas, las principales consideraciones que deben tenerse en cuenta son el carácter voluntario de la solución; los derechos, necesidades e intereses legítimos de la propia población desplazada; y la adopción de decisiones bien fundamentadas (Comité Permanente entre Organismos, 2010). Dado que los desplazados internos, en particular, se concentran cada vez más en entornos urbanos, las soluciones están estrechamente relacionadas con las tendencias más generales de la urbanización. Si el desplazamiento interno se debió a un conflicto o una situación de violencia, los acuerdos de paz pueden incluir orientaciones sobre las soluciones duraderas. En el caso de los refugiados, el retorno es con frecuencia la solución preferida (Grupo Temático Mundial sobre Refugiados, 2018). El ACNUR, el país de acogida, el país de origen y los otros Estados que correspondan evalúan las opciones y acuerdan las condiciones (incluidas las que tengan que cumplirse de antemano) para un retorno voluntario, seguro y digno. Algo similar ocurre con respecto a la integración local. Y en cuanto al reasentamiento —que se limita a menos del 1% del total mundial de refugiados reconocidos a la espera de una solución—, el ACNUR prepara informes anuales sobre las necesidades proyectadas de reasentamiento en el marco de sus consultas tripartitas sobre ese tema.

Así como las necesidades, vulnerabilidades y capacidades de las poblaciones desplazadas difieren, también puede diferir la variedad adecuada de soluciones duraderas. La determinación de la opción mejor, o de las que sean viables, dependerá de varios factores. Entre ellos se cuentan las condiciones del lugar de origen (la seguridad de la comunidad y su capacidad de (re)absorber a las poblaciones desplazadas), los riesgos de desastres recurrentes y los efectos del cambio climático, y los recursos disponibles para apoyar las distintas soluciones. Para los desplazados internos y los refugiados en situaciones prolongadas, el retorno puede volverse cada vez más difícil. Muchos habrán tenido y criado hijos en el lugar de acogida, que podría ser el único lugar que estos conozcan. También pueden haberse acostumbrado a los entornos urbanos y adquirido nuevas competencias laborales y nuevos medios de sustento. En otros casos, no habrá confianza en que el retorno sea la mejor solución posible, especialmente cuando se trate de zonas en que el cambio climático haya afectado a la agricultura.

Es importante integrar a todas las comunidades en las soluciones duraderas, planificando y prestando un apoyo adaptado y comparable a otras poblaciones afectadas, como las comunidades de acogida y las que permanecieron en el lugar de origen. El trato preferencial de cualquiera de las partes, ya sea percibido o real, puede generar tensiones sociales o intensificarlas (OIM, Resolución progresiva de situaciones de desplazamiento, 2016). En este sentido, los enfoques zonales, que atienden las necesidades y vulnerabilidades sin centrarse en grupos o categorías particulares de personas ni en un sector específico, pueden ser útiles en la implementación de soluciones duraderas.

Las encuestas de intención y las evaluaciones de las necesidades que tienen en cuenta también a las comunidades ayudan a evaluar las opciones para una solución duradera. La comunicación clara de las opciones disponibles para resolver los problemas, y de la asistencia de que se dispondrá, es otro elemento crucial. Las poblaciones deben ser consultadas y participar ampliamente en la planificación y gestión de los procesos que apoyen una solución duradera. Esto podrá exigir esfuerzos concertados para integrar en esa participación a los grupos posiblemente marginados, como las mujeres y las personas con necesidades especiales (Comité Permanente entre Organismos, 2010). Se recomienda que esas encuestas de intención se realicen como iniciativas conjuntas de los gobiernos y los asociados humanitarios y para el desarrollo. Las iniciativas conjuntas generan confianza, sobre todo porque demuestran que el trabajo de búsqueda de soluciones no va en contra de los deseos y las intenciones de las poblaciones afectadas.

Cuando no sea viable ninguna solución duradera para los refugiados, los Estados podrán estudiar la posibilidad de crear o ampliar las vías complementarias de admisión en terceros países como alternativa al reasentamiento. Estas vías no eximen de la protección que se debe otorgar a los refugiados en virtud del régimen de protección internacional, pero podrían formar parte de un enfoque progresivo que permita a los refugiados avanzar hacia un mayor disfrute de sus derechos mientras se atienden sus necesidades de protección internacional. También son una expresión importante de la solidaridad mundial y la cooperación internacional, y una contribución a una distribución de responsabilidades más equitativa. Véase más información sobre la gestión de fronteras en crisis humanitarias.