La migración internacional tiene puntos de intersección con muchos otros procesos transnacionales, y deja también huellas profundas en los planos nacional y local. En esta sección se presentan los vínculos de la migración con el desarrollo sostenible, el comercio, la seguridad, el cambio ambiental y la salud, y se dan ejemplos de los modos en que la migración influye en estos otros aspectos y a su vez es afectada por las políticas adoptadas en esas esferas

Migración y desarrollo sostenible

Con el paso de los años, el concepto de desarrollo ha evolucionado. A finales de la década de 1980, su definición comenzó a acompañarse del concepto de sostenibilidad (véase el capítulo Migración y desarrollo).

La migración es tanto una estrategia para lograr el desarrollo como un resultado de este proceso. Los migrantes generan beneficios en sus nuevas comunidades y ayudan a mejorar la vida en las comunidades de sus países de origen, contribuyendo al logro de resultados de desarrollo sostenible.

La aprobación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible fue un hito importante en el reconocimiento de los vínculos de la migración con el desarrollo sostenible. La Agenda 2030 considera la migración una realidad multidimensional de gran importancia para el desarrollo de los países de origen, de tránsito y de destino. La meta 10.7 exhorta a los Estados a “[f]acilitar la migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables de las personas, incluso mediante la aplicación de políticas migratorias planificadas y bien gestionadas.” Debido a su carácter multidisciplinario y transectorial, la Agenda 2030 puede utilizarse para evaluar las repercusiones de la migración en una serie de aspectos del desarrollo, y para entender mejor los posibles efectos del desarrollo en la migración y los migrantes

Migración y comercio

Los regímenes de comercio bilateral, regional e internacional están comenzando a tener un efecto profundo en la migración. El establecimiento de un régimen migratorio armonizado como contraparte de la unión aduanera en la Unión Europea es un ejemplo de ello. El acuerdo entre los Estados Unidos, México y el Canadá que sustituyó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 2020 contiene disposiciones relativas a la migración que permiten una circulación más libre de profesionales, ejecutivos y otras personas de los países signatarios que presten servicios internacionales (véase el capítulo 16 del acuerdo). El Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) es otro ejemplo, ya que este tipo de comercio requiere a menudo una mayor libertad de circulación internacional para los proveedores de servicios.

Sin embargo, los acuerdos comerciales no se refieren necesariamente a la migración cuando establecen las condiciones para la movilidad de las personas a través de las fronteras internacionales. Por ejemplo, el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios utiliza la expresión “movimiento de personas físicas” al examinar esta categoría, entendiendo por personas físicas “ya sea los proveedores de servicios (como los profesionales independientes) o las personas empleadas por un proveedor de servicios que estén presentes en otro miembro [de la Organización Mundial del Comercio] para prestar un servicio” (Organización Mundial del Comercio, s.f.). En otras palabras, estas personas siguen estando empleadas (por un proveedor de servicios o por cuenta propia) en su país de origen, pero realizan su trabajo en otro país. El acuerdo excluye explícitamente a las personas que están buscando trabajo en el mercado del empleo del país de destino, así como a las que están intentando obtener la residencia permanente.

La relación entre el comercio y la migración es compleja. Históricamente, estos dos fenómenos solían considerarse mutuamente sustitutivos: si el comercio entre dos países aumentaba, la migración disminuiría. Los dirigentes políticos justificaban a veces la eliminación de las barreras al comercio argumentando que esas políticas reducirían la necesidad de migrar al ofrecer mejores oportunidades económicas en el país de origen. En una frase que se hizo famosa, el ex Presidente de México declaró, durante las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que México prefería enviar a los Estados Unidos de América tomates, y no recolectores de tomates. Pero la situación es más compleja que eso. Los recolectores de tomates y otros mexicanos siguieron emigrando en la década de 1990 y los primeros años del siglo XXI, porque los salarios eran más altos en los Estados Unidos que en México, incluso con los arreglos de liberalización del comercio. A más plazo largo, los cambios globales en la economía —relacionados en gran parte con el comercio— aumentaron efectivamente las oportunidades económicas, ralentizando la emigración al final del primer decenio del nuevo siglo. Además, el comercio de servicios puede ser complementario a la migración. El movimiento de personas físicas regulado por los acuerdos comerciales es parecido a algunas formas de migración. Y los aumentos de la migración pueden acrecentar el comercio entre los países, ya que los migrantes buscan productos hechos en sus países de origen, ayudan a las empresas a superar los obstáculos comerciales mediante su conocimiento del idioma y las normas culturales de ambos países, e invierten en empresas que exportan e importan bienes y servicios.

Migración y seguridad

La correlación de los movimientos de personas con la seguridad plantea una serie de cuestiones con respecto a la gestión de la migración. La seguridad puede definirse de varias maneras diferentes. Tres conceptos son particularmente importantes a este respecto:

  • Primero, la seguridad nacional, o sea la capacidad de un país de protegerse contra las amenazas de violencia o ataques.
  • Segundo, la seguridad internacional o mundial, es decir, “las medidas militares y diplomáticas adoptadas por las naciones y por organizaciones internacionales tales como las Naciones Unidas y la OTAN [la Organización del Tratado del Atlántico Norte] para garantizar la seguridad mutua” (RAND, 2019).
  • Tercero, la seguridad humana, es decir, “el derecho de toda persona a vivir en libertad y dignidad, sin pobreza ni desesperación” (Asamblea General de las Naciones Unidas, 2012). Esto engloba un amplio abanico de aspectos —económicos, sociales, ambientales, sanitarios y de otra índole— que afectan al bienestar personal.

El reconocimiento de una relación entre la migración y la seguridad no significa que los migrantes constituyan una amenaza para la seguridad. De hecho, por lo general son víctimas de la inseguridad, y no la causa de esta. Además, la migración de por sí puede reducir los riesgos relacionados con la seguridad. En un estudio sobre el extremismo violento se llegó a la siguiente conclusión:

Article / Quotes

Well-managed migration can promote mutual understanding; migration also has significant impacts on poverty reduction in countries of origin through remittances, reducing the appeal of violent extremism. Migration is a symbol of the hard-won principles of openness and globalization that violent extremism seeks to overturn and that therefore should be protected. The challenge for policymakers is to promote the positive aspects of migration, rather than merely focusing on the low potential risk of importing violent extremists when offering opportunities to migrants and protection to refugees.

Fuente

Koser and Cunningham, 2017.

States that want to ensure that migration supports security while recognizing the benefits of migration face many issues. The most challenging of these include:

  • How best to ensure that those who do pose security threats to migrants are not able to carry out their cross-border activities;
  • How to protect migrants without overly impeding legitimate, beneficial international mobility;
  • How to ensure that individual rights and privacy are protected.

In this context, finding the appropriate balance between facilitation of beneficial migration and control of that which may be detrimental to security can be difficult. Additionally, respect for human security calls for protection of the individual against intrusions by the State. Xenophobia, prejudice and unwarranted attacks are examples of risks to the life, health and well-being of migrants. Combatting these security risks is essential to ensuring that societies and communities understand and reap the overwhelming benefits of migration.

Migración y cambio ambiental

Como se señaló en la sección sobre los factores ambientales, el cambio ambiental puede ser un poderoso factor causal de la movilidad humana que está afectando a países de todo el mundo (Ionesco y otros, 2017). Sin embargo, la migración puede ser también un mecanismo sumamente eficaz para ayudar a las personas a adaptarse al entorno cambiante (Lazcko y Aghazarm, 2009). Las Partes en las Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) han señalado tres formas de movilidad humana que pueden derivarse de los efectos a corto y largo plazo del cambio climático y otros cambios ambientales:

  • la migración, que en muchos casos se emprende en previsión del agravamiento de los efectos, como la pérdida de los medios de sustento y del hábitat;
  • el desplazamiento, que con frecuencia es una respuesta directa a las consecuencias de peligros naturales agudos o de conflictos por motivos ambientales; y
  • la reubicación planificada, que tiene lugar cuando enteras comunidades (o grandes sectores de ellas) deben trasladarse a otro lugar porque las tierras que ocupan ya no pueden sostener la vida humana en ese momento ni en el futuro próximo.

En diciembre de 2018, dos iniciativas internacionales formularon recomendaciones para hacer frente a los vínculos existentes entre la migración, el medio ambiente y el cambio climático: el Equipo de Tareas sobre los Desplazamientos, de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, y el Pacto Mundial para la Migración. (En el capítulo Migración, medio ambiente y cambio climático se examinan en mayor detalle tanto esta correlación como los debates de política que han tenido lugar en los últimos decenios.)

Migración y salud

Los migrantes tienen los mismos problemas de salud que las personas que no migran, pero a esos problemas se suman otros que son específicos de su condición de migrantes. Los efectos de la migración en la salud varían según las formas en que las personas viajan, desde dónde y hacia dónde lo hacen, el estado de salud y las necesidades sanitarias que tenían antes de partir y las experiencias vividas durante el viaje y en el lugar de destino. Quienes terminan realizando trabajos pesados y peligrosos pueden tener un riesgo aumentado de contraer enfermedades. Los que sufren traumas durante alguna de las fases de la migración corren el riesgo de trastornos de salud mental. El acceso a la asistencia sanitaria puede ser difícil para los migrantes. En algunos casos, no tienen derecho a la atención de salud pública. En otros, tienen dificultades para acceder a los servicios debido a su situación irregular, la pobreza o las barreras lingüísticas y culturales.

Con frecuencia, las personas que migran figuran entre las más jóvenes y sanas cuando llegan a un país. También pueden haber tenido hábitos alimentarios más sanos en el país de origen. Pero la exposición a las prácticas del país de destino (por ejemplo, el mayor acceso a comida rápida en los países de ingresos medios y altos) puede conducir a un deterioro de su estado de salud general.

La comprensión de estas complejidades es necesaria para lograr que los migrantes gocen del derecho a la salud, que se mantengan las buenas prácticas de salud pública, y que el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados con la salud, en particular el objetivo 3.8 sobre la cobertura sanitaria universal, abarque a todas las personas, incluidos los migrantes. (Véase más información al respecto en el capítulo Salud y migración.)

Mensajes clave
  • La vinculación de la migración con otros importantes procesos transnacionales genera complejidades en la gestión de los movimientos de personas. Las tendencias y los patrones migratorios se ven afectados por esos procesos, que a su vez experimentan los efectos de la migración.
  • Para ser eficaces, las políticas migratorias deben tener en cuenta las tendencias futuras del desarrollo, el comercio, la seguridad, el medio ambiente y la salud.
  • Los responsables de la formulación de políticas y los profesionales del ámbito de la migración deben participar en los debates sobre las políticas de desarrollo, comercio, seguridad, medio ambiente y salud, para lograr que las tendencias migratorias se tengan en cuenta en la formulación de esas políticas.