La situación social, política y económica de cada Estado puede influir en la decisión de sus nacionales de migrar (véase más información sobre los factores que propician la migración en los capítulos Contexto global de la migración internacional y Migración y desarrollo). El entorno perfecto para el tráfico se produce cuando las personas que desean migrar no disponen de ningún cauce legal, o el acceso a estos es demasiado caro o complicado. Con el aumento de las restricciones a los movimientos y las entradas, la demanda de servicios de traficantes para eludirlas aumenta, fortaleciendo el mercado del tráfico y elevando las tarifas que es posible cobrar (Iniciativa Mundial, 2018: 14; MMC, 2018: 105, 109).
Las personas que recurren al tráfico, con sus diferentes razones para hacerlo, representan una muestra transversal de la humanidad. Muchas emplean los servicios de traficantes para buscar oportunidades de trabajo o de estudio en países más ricos que el propio. Otras lo hacen para huir de desastres naturales o situaciones de violencia, conflicto o persecución, cuando no disponen de vías de migración regular para ello. Los aumentos de la inseguridad en los países de origen se acompañan de un aumento de la demanda de los servicios de traficantes (véase también la sección Tráfico de migrantes en situaciones de crisis del presente capítulo).
Para muchos migrantes, los beneficios ansiados pesan más que los riesgos de los viajes organizados por traficantes; incluso en las rutas más peligrosas, los migrantes que aceptan esta opción tienen la esperanza de llegar al país de destino. Cuando sus recursos financieros son escasos, están muy expuestos a hacer el viaje por rutas de bajo costo y alto riesgo, a merced de traficantes inescrupulosos que pueden aprovechar su desesperación para extorsionarlos o explotarlos. Algunas de las personas que recurren a la ayuda de traficantes para la entrada ilegal tienen motivos delictivos o razones perversas. Pero la amenaza más importante que plantea el delito de tráfico de migrantes no procede de las personas objeto de tráfico, sino de los miembros de la delincuencia organizada que participan en él. En muchos países, el negocio del tráfico de migrantes genera ingresos importantes para las poblaciones locales privadas de otras fuentes de ingreso, y los traficantes prestan un servicio a comunidades para las que el movimiento de personas es un elemento cultural y socialmente normal (OIM, 2018e: 66; Iniciativa Mundial, 2018: 13; MMC, 2018: 106, 116). Además, aunque los reportajes de los medios de comunicación tienden a concentrarse en los peligros que representan los traficantes, en algunos casos los migrantes buscan los servicios de traficantes no solo para eludir la detección, sino también para tener más probabilidades de salir con vida de los tramos peligrosos del viaje, como las travesías de la jungla de Asia Sudoriental o de los desiertos de África y América (UNODC, 2018c: 25).