En esta sección examinamos los riesgos y los factores de protección individuales que afectan a los migrantes vulnerables e influyen en sus experiencias de migración.
Los factores de este nivel guardan relación con las personas, por ejemplo: su posición social; sus características físicas y biológicas; sus historias y experiencias; sus creencias y actitudes; sus características emocionales, psicológicas y cognitivas; y su salud física y mental y su bienestar. Las características individuales constituyen un elemento de gran importancia a la hora de evaluar las vulnerabilidades y capacidades, puesto que determinan el modo en que las personas se comportan en los contextos doméstico o familiar, comunitario y estructural.
Algunos ejemplos de este tipo de factores son la edad, el sexo, las identidades raciales o étnicas, la orientación sexual, la identidad de género, las historias personales, la salud mental y emocional, y el nivel de acceso a recursos como el dinero, los bienes o la asistencia.
Algunos de estos factores pueden ser de riesgo o de protección, en función del contexto específico. Por ejemplo, la pertenencia a un determinado grupo racializado puede representar un factor de protección si ese grupo goza de determinados beneficios en la sociedad. Sin embargo, en un contexto diferente en el que ese mismo grupo fuese objeto de marginación u opresión, constituiría un factor de riesgo. De la misma manera, existen otros factores individuales que, en general, siempre pueden considerarse factores de riesgo o factores de protección. Por ejemplo, la alfabetización casi siempre constituye un factor de protección, mientras que, en la gran mayoría de ocasiones, el analfabetismo representa un factor de riesgo.
A nivel individual, factores como la edad y el sexo repercuten sobre las necesidades de los migrantes vulnerables. Por ejemplo, es posible que los menores necesiten ponerse determinadas vacunas según un calendario basado en la edad o que las personas mayores sufran un deterioro de la visión o la audición. Además, en lo que respecta a las necesidades sanitarias, puede que a nivel individual ya se padezcan determinadas enfermedades, como la diabetes o el asma, así como trastornos mentales que puedan requerir de un diagnóstico o tratamiento.