Seguridad
La representación de los migrantes como villanos —como delincuentes y terroristas— es lamentablemente un fenómeno recurrente en nuestras sociedades, por diversos motivos. Entre ellos figuran los discursos que presentan a los hombres migrantes como fundamentalistas religiosos y terroristas, y a las mujeres migrantes como víctimas de la opresión de una cultura que niega las libertades fundamentales de la mujer (ENJ, 2017). La radicalización de los migrantes o las minorías étnicas se considera ya sea un resultado de su exclusión social o un proceso propiciado por la desigualdad en las relaciones de poder (OIM, 2018c) (véase más información sobre los factores políticos en el capítulo 1.1 Contexto global de la migración internacional).
El hecho de alentar a otros organismos gubernamentales a prestar atención a las cuestiones de la migración en sus comunicaciones —el enfoque pangubernamental— ayuda a gestionar las percepciones de los migrantes y la migración. Este esfuerzo puede hacerse extensivo también a los medios de comunicación. Por ejemplo, los periodistas de investigación que son invitados a informar sobre las operaciones de las fuerzas del orden deberían conocer de antemano el propósito y los blancos de la operación. Si el reportaje no guarda relación con el tema de los migrantes o la raza, la cobertura mediática visual debería evitar mostrar a migrantes o miembros de minorías étnicas, para no crear o confirmar supuestos falsos.
Falta de integración y amenaza a la identidad cultural
Las situaciones en que los migrantes mantienen sus identidades, idiomas, creencias, costumbres y valores generan a menudo la preocupación pública de que los migrantes no están cumpliendo su parte del compromiso de la integración. La integración se confunde en estos casos con la asimilación, alimentando los discursos populistas sobre la amenaza a la identidad cultural de la mayoría, o incluso la pérdida de esta. La integración tiene aspectos que se relacionan con muchas funciones gubernamentales distintas, cada una de ellas con objetivos diferentes, por lo que el tono de las comunicaciones del gobierno es particularmente importante para evitar azuzar las emociones públicas negativas (véase más información sobre la gobernanza de la migración en distintos niveles en el capítulo 2.8 Integración y cohesión social).
Carga económica y amenazas a la salud pública
Los migrantes internacionales produjeron más del 9% del producto interno bruto (PIB) mundial en 2017. Aun así, las preocupaciones económicas relacionadas con la migración, en particular las referentes a los costos y las repercusiones fiscales de la inmigración, igualan o superan las relativas a la delincuencia y la seguridad (OIM, 2018c). Los discursos que describen a los migrantes como amenazas para el empleo, los salarios y la salud pública están hondamente arraigados en la cultura popular y política en todo el mundo. La demostración de la contribución de los migrantes en todos los niveles de la economía a través de la comunicación de sus historias y circunstancias personales aclara sus vínculos con la creación de empleo, la inversión y el crecimiento económico a nivel nacional y local.
Además, los estudios sobre la materia no han encontrado ninguna correlación sistemática entre la migración y la importación de enfermedades infecciosas (véase más información sobre la salud a la llegada o en el país de destino y durante la integración en el capítulo 2.7 Salud y migración). Incluso en tiempos de crisis económicas o sanitarias, cuando estas clases de estereotipos y supuestos errados parecen propagarse, las bases de estas ideas guardan relación principalmente con las culturas y la seguridad (Kaufman, 2017; Bello, 2017a) y no con la economía o la salud.