Los hábitos de consumo de noticias han cambiado, debido principalmente a los medios de comunicación digitales y a los medios sociales. El resultado de estos cambios es un panorama mediático mucho más fragmentado. Pero las personas siguen recurriendo a los medios de comunicación para entender los asuntos importantes, como la migración, de modo que la información errónea a ese respecto, difundida de forma viral, tiene consecuencias graves. La cobertura unidimensional, sesgada o que parte de hechos equivocados puede minar la buena voluntad pública y el apoyo a los migrantes y la migración, transformándolos en chivos expiatorios culturales y dificultando posiblemente su integración (Berry y otros, 2015).
Para los funcionarios gubernamentales puede ser difícil saber exactamente cuánta y cuál información se ha compartido o liberado para el uso público, en particular cuando se trata de temas delicados. Por ello, las formas en que los políticos representan y describen a los migrantes y la migración en los medios de comunicación importan. De hecho, la información sobre la migración se basa a menudo en las voces que dominan el panorama político. Los canales de comunicación bidireccionales entre el gobierno y los medios de comunicación requieren tiempo pero son muy eficaces. Entre otras cosas, incluyen los comunicados de prensa, la elaboración de informes de antecedentes y las entrevistas con los medios informativos.